La competencia, la crisis, los nuevos modelos de administración de personal y de empresas, están corroyendo la moral social, están retrocediendo el camino ganado tras muchas luchas sociales, y esta menoscabando las dos estructuras básicas de toda sociedad el individuo y la familia.
Desde los noventas, estamos tomando una dirección equivocada respecto de cómo elegir empleador, de cómo hacerse respetar, y sobre todo cómo proteger el núcleo de todos los derechos, la vida en condiciones dignas.
Dejamos que nos paguen cada vez menos, permitimos que nos vinculen con contratos civiles, que nos extiendan contratos no permanentes, de jueguen con la ley, con el orden y con nuestro futuro, todo bajo el temor de no tener donde trabajar, por el temor a una crisis económica que esta siendo utilizada como factor de dominacion.
Pues hay que pensarlo dos veces, pues de la misma forma que las empresas nos dan el salario, sin trabajadores las empresas son un vacio improductivo.
Quiero iniciar, por esta vía, una segunda revolución por los derechos de los trabajadores, no en términos comunistas, pues no pertenezco a la izquierda, sino en términos puros de supervivencia y defensa de lo que con tanto esfuerzo nos dieron nuestros antepasados, el fin de la esclavitud.
Propongo no nos regalemos, nuestros estudios, calidades sociales, valores, fuerza de trabajo e inteligencia tienen un valor, no lo regalemos a quien obviamente, no le importa más que cuánto dinero puede sacar de esclavizarnos.
No aceptemos trabajos mal pagos, cobremos por nuestras horas extras, presentemos quejas ante los organismos competentes, vayamos públicos con la violación de las garantías mínimas, en pocas palabras, hagamos respetar, indignémonos contra quienes sacan provecho ilegal de nosotros y sobre todo, recuperemos lo que estamos perdiendo, la vida personal, la vida familiar, el tiempo libre.
Por más que se disfrute la labor que se desempeña, la razón principal para trabajar es tener dinero, la razón para tener dinero, adquirir bienes y servicios, luego de que sirve un salario miserable que no nos permite vivir bien, o uno respetable si no podemos hacer uso del dinero para vivir mejor.
Quiero proponer una operación de estudio, a las empresas, revisar las definiciones o perfiles de cargo, si las funciones son realmente ejecutables en la jornada normal de trabajo, al gobierno, control sobre las empresas y el trabajo fuera de horas y condiciones de ley, y a cada uno de nosotros, denunciar, vigilar y exigir.
Es mucho el terreno perdido en materia de respeto por el empleado, de abuso del patrón para ganar exageradamente, en materia de abuso, de condiciones de trabajo pésimas, de no cumplir la ley, de gobiernos que se hacen los ciegos, es momento de parar, detengamos la re-esclavización, detengamos el vivir para trabajar.
Son cosas simples, como cargue sus horas extras, los gobiernos pueden cobrar una sobretasa al consumo de energía en horas no laborables en sectores de comercio, las empresas pueden ser mas eficientes.
La crisis se da porque no estamos reinventando formas de hacer las cosas, sino exprimiendo trabajadores para obtener ganancias, yo invito a abrir mercados, a ser eficientes, a ser justos, a volver el trabajo lo que es, una parte de la vida, que facilita las otras, en fin hagamos una revolución social, para re-humanizar el trabajo, para volver a desprendernos de la esclavitud, y finalizar así el abuso y la crisis.
Hagamos la diferencia, indignémonos, si le ofrecen un salario malo, diga NO, y no de las gracias, si lo abusan, DENUNCIE, y si puede, proponga y genere cambio.
Busquemos la salida de la crisis, pero una salida para todos, dejemos de reproducir el Titanic, que más que una película mediocre, es un tragedia social.
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