En septiembre
once de dos mil uno, en pleno corazón de Manhattan, se presento un hecho sin precedentes
históricos, y que marco un cambio estructural en la lucha contra el terrorismo
y en el terrorismo como accionante dentro de la política mundial y global.
Va más allá de tener que quitarse los zapatos
en los aeropuertos, o pasar por maquinas de escáner corporal y ser vigilados
todo el tiempo durante la no tan grata experiencia de volar en nuestros días,
va mas allá de no poder llevar en cabina elementos especiales, va en la sangre
dolor, lagrimas, familias destruidas y héroes que lucharon, murieron
defendiendo y permanecerán para sus seres queridos como un recuerdo, seres
humanos que jamás llegaran a casa.
Ese hecho
significo la invasión de los estados Unidos a Afganistán, y en solo ese día
significo la muerte de alrededor de 3000 personas, afectando familias enteras,
la economía profundamente y sobretodo destruyendo personas junto con edificios,
del mismo modo que miles de muertos y daños materiales como consecuencia de la
lucha contra Al-Qaeda.
Las imágenes
son impactantes, dos aviones chocando
contra las torres gemelas mientras personas morían calcinadas, ahogadas, o preferían
el suicidio lanzándose desde los pisos más altos; los cuerpos de rescate
perdieron cientos de hombres que buscaban salvar a los afectados y hasta teorías
de complot y profecías de Nostradamus se vieron envueltas en un día que marco
mi generación.
En Corea del sur en el año del decimo
aniversario de dichos ataques terroristas, se publico el diseño de un set de
dos torres, que se parecen profundamente a algunas de las imágenes que vimos en
vivo cuando se presento tan terrible día para la humanidad.
Perdimos la
vida de esposas y esposos, novias y novios, hijos e hijas, amigas y amigos, de héroes
y heroínas, que por miles fueron quemados vivos, sepultados por los escombros o
ahogados entre el humo y los gases explosivos producto de dicho acontecimiento apocalíptico.
La firma MVRDV
quien lleva el proyecto, presentó excusas vía su página de Facebook por
cualquier aparente similitud, diciendo que no era más que una coincidencia, y
afirmando que no darán marcha atrás en el proyecto.
La verdad,
yo lo considero una abominación, una falta de respeto con la memoria de quienes
murieron, de quienes fueron afectados, y sobre todo, encuentro de pésimo gusto
valerse del dolor de otros para buscar tener un edificio de arquitectura
popular.
Las
similitudes no son casuales, y si por casualidad resultan serlo, quiero recordarles
a los ejecutivos de MVRDV que en nombre de todos aquellos que de alguna forma
hemos sido tocados por esta tragedia mundial, que tengo un dedo levantado en su
nombre.
Al final,
no me resta más que desearles a los diseñadores y relacionados con el proyecto,
que en su próximo vuelo se paren sobre un clavo al quitarse los zapatos en un
aeropuerto, para que recuerden un poco del dolor y del cambio en la humanidad
producto de la asquerosidad que intentan reproducir. Buen vuelo a ellos y que sus actos
los lleven a su destino merecido.
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