Hace 3
décadas nuestra patria estaba comandada por carteles y narcotraficantes, la
democracia no representaba cosa diferente que un muro burocrático para esconder
(sin mucho esfuerzo) a los gamonales, terroristas y grupos criminales que
definían el destino de todos, ya por la fuerza, ya con la corrupción.
Hoy, contra
todos los pronósticos internacionales, e incluso los locales, las cosas han
cambiado y en este momento, Colombia debe tomar decisiones que la definirán
como el museo de la narcotización de los 80’s y 90’s o como una democracia seria y un posible
aliado comercial en el marco internacional.
Las
inversiones se están presentando sin timidez, los mercados y las fuerzas económicas
en general parecen estar recibiendo esta nueva fundación de Colombia con
agrado, pero, quienes conocemos el profundo, sabemos que existen tres enemigos
(o conductas nocivas) que tenemos que erradicar para poder dar ese paso
adelante que signifique la salida del limbo y la entrada a la comunidad global
relevante.
Son
enemigos públicos de Colombia y de sus perspectivas como agente importante del
mercado mundial, 1. La propaganda, 2. Los hábitos políticos heredados de la
narcolombia, y 3. La falta de reacción y vigilancia popular.
Es por ello
que debemos preguntarnos, ¿Podemos vencerlos? ¿Cuál es el camino para hacerlo?
y aun más importante ¿Qué puedo hacer yo?
Para dictar
soluciones, me permitiré referirme a cada uno de estos enemigos en particular:
1. La propaganda:
Llego el momento de dejar de vendernos como un país de narcos, de detener a los
productores de series, películas y en general de producciones audio-visuales;
no más narco producciones, no más explotar la visión negativa de Colombia para
subir niveles de audiencia, es momento de hacer series y películas resaltando
el espíritu del colombiano, mostrando héroes, documentales sobre rincones
escondidos y paisajes de maravilla, es decir, llego el momento de vendernos
como cultura y destino, en lugar de seguir circulando sobre visiones de una
sociedad asfixiada por los carteles, la corrupción, las prostitutas y los
profesionales sin escrúpulos, esa, ya no es la realidad de Colombia, y seguir
reproduciéndola, es la más baja campaña de desprestigio interno, y cuando salen
del país, son la carta de presentación de nuestra “realidad”.
Llegó el momento de hacernos publicidad en todos los ámbitos, como lo
hacen otros países para que los elementos negativos, no opaquen las
posibilidades de desarrollo y no espanten posibles inversores y turistas
2. Los malos hábitos políticos: Llego el momento de sacar del
Estado a quienes fueron ayudados por las mafias a llegar a sus funciones
públicas, llego el momento de alumbrar su camino y sus decisiones, para que no
haya más reuniones ocultas, para que su actuar, en tanto seres públicos, sea
público, y su responsabilidad por sus decisiones sea total. No más zoológicos
aberrantes, ni abusos de poder escondidos en las leyes colombianas, y más
legisladores respondiendo por su actuar.
3. La falta de reacción y vigilancia popular: Es verdad que el temor producto de tantos
años de conflicto nos ha llevado a no denunciar, a callar y a dejar pasar. Bueno,
Colombia ya no es así, hoy por hoy se puede denunciar, se puede señalar a los
malos y vérseles pagar sus culpas en cárceles nacionales o extranjeras, ya no
hay políticos que puedan asesinar o ser asesinados, así que llego el momento de
llamar a cuentas a todos los que cumplen función pública, y de no dejarnos
gobernar ni por redes sociales, ni con promesas vacías, es momento de rebelarse contra los malos y retomar el país, ahora
que por fin, sabemos que podemos vencerlos, ojala existieran producciones sobre
como un individuo puede hacer la diferencia es Colombia.
Es este
marco, resulta evidente que debemos hacer, y por lo mismo, resulta importante
señalarlo, es momento de movilizarnos en Desobediencia
Civil Con Sentido.
Es simple,
no veamos, prestemos atención o demos importancia alguna a la propaganda
negativa que nos imponen las cadenas televisivas, dejemos de ver narco producciones y pidamos que se creen esfuerzos
de calidad para mostrar la nueva y verdadera Colombia, cada vez que una de
estas series, películas o producciones tiene éxito, será una vez más que
seremos vistos en el extranjero como una radiografía de una sociedad podrida,
que es mejor no visitar.
Del mismo
modo, ahora que podemos pasear por Colombia, es momento de hacer guías de ruta, de marcar senderos, de mostrarle a
los turistas que pueden caminar por el Tayrona, que pueden visitar cada
rincón de Colombia sin miedos, pero para ello, debemos mostrarlos,
documentarlos y ofrecer auto-tures por Colombia, como ya lo han hecho otros
países, que saben que el turismo que mas mueve masas y capital, es el turismo
de clase media, que quiere caminar, descubrir y disfrutar.
Respecto de
los políticos, simple, dejemos de votar
por los corruptos, y saquemos a escobazos los funcionarios malignos y los jueces corruptos que condenan héroes de la
patria para pagar favores a militantes de grupos armados; limpiemos el congreso y con él, la estructura del estado en pleno, mediante dos figuras simples, el voto y la
publicidad de actos y decisiones.
Finalmente,
pero con la misma importancia, llego el momento de volver a manifestarnos, no
mediante actos simbólicos y clubes en redes sociales, sino retomar el poder popular,
retomar la voz y así, exigir de los
funcionarios cumplimiento o renuncia, y de cada uno de los actores
públicos, sostenimiento de promesas y
transparencia.
Quiero invitar a un ordenado desorden social, a dejar de ver y patrocinar la
mala publicidad de nuestra patria, a que las autoridades se preocupen por
fortalecer el régimen contra el lavado de activos y el financiamiento del
terrorismo, que reformemos el parlamento y la justicia para librarnos de los
rezagos de nuestro pasado.
Es
fundamental que pidamos cuentas públicas, que denunciemos y que pidamos a los hombres públicos tener su vida a la
luz, para terminar con esos actos que a oscuras procuran continuar un estilo de
vida caduco en nuestro país.
Claro, eso
exige de nosotros hacer algo, así que hagámoslo, no veamos las series de
narcos, sino exijamos series de héroes, exijamos de las empresas de turismo
hacer un libro de ruta de Colombia, como los hay incluso de casi todos los
países vecinos e incluso de países en conflicto en África y Asia.
Es una
elección simple, es no incentivar lo que
nos daña, no votar por los que nos hacen mal y finalmente denunciar a quienes
nos roban, creo que estos son los pasos urgente para dejar de ser el
infierno a los ojos del mundo.
Iniciando
con esos pequeños cambios, la mirada del mundo se tornara a Colombia y la hará
un país productivo, estable y un socio estratégico, más ahora que nuestros
vecinos parecen tender a conductas que los transforman en riesgos para la
inversión.
*Todas las imágenes
contenidas, son producto de búsquedas en linea y no me pertenecen, su
único objeto es ilustra,o explicar temas del articulo y no tengo derecho sobre ellas
(disponibles en búsqueda de imágenes google).
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