Desde hoy, escribo colombia con c minúscula, no porque me olvide de las reglas ortográficas, sino porque colombia, no da más.
Que dolor de País el que da ver la justicia en manos mediocres, que no saben cómo aplicar la ley, que no conocen de pruebas y de su aplicación y por último, que no saben de derecho internacional básico.
Lamentable que un estudiante que está cumpliendo con su obligación legal de prestar servicio al consultorio jurídico, tenga mayor conocimiento de aplicación de tratados internacionales que un Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá.
Continúo dándole la mayúscula a Magistrado, hasta tanto exista una Corte Suprema de Justicia, en la que los abogados podemos confiar que vía recurso de casación, borrará, enterrará y eliminará este adefesio, esta decisión sin sentido y restituirá los derechos de nuestro héroe que sufre y sufre.
Me pregunto, si la Reina de Inglaterra retiró el título de caballero a quien produjo una tragedia económica, no sería a penas normal retirar el de Magistrado y la licencia de abogando a quienes demuestran no conocer el derecho, no tener capacidad de decisión independiente.
Qué queda por decir, que colombia es una prominente economía latinoamericana, un País lleno de gente buena y pujante, una posición geográfica privilegiada en recursos, o que se volvió un aparato burocrático, sin alma, que desconoce el derecho internacional, probatorio y local o simplemente, como dicen en los corredores, apague y vámonos.
Yo comprendo el dolor de las familias de los desaparecidos, comprendo el dolor de todos los afectados por la tragedia de la toma y re-toma del palacio de justicia, y entiendo que debe haber verdad justicia y reparación, por lo mismo, pido justicia en derecho, reparación económica y verdad.
La verdad es simple y dolorosa, en una acción desesperada del gobierno por medio de sus fuerzas armadas, recuperó por la fuerza el palacio de justicia que el M-19 se tomó y en desarrollo de dicha operación administrativa compleja se produjeron daños y deben indemnizarse, pero ello no implica romper las reglas del derecho por venganza.
En 1985 la guerrilla del M19 apoyada por los capos del narcotráfico se tomaron el palacio de justicia con el objetivo cuádruple de ajusticiar a los magistrados, destruir los expedientes, evitar la extradición y ajusticiar al presidente; hoy, monstruos similares se toman el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, amenazando la democracia, el orden institucional y los héroes de la patria, esa vez, el ejercito los saco del edificio, ¿qué haremos hoy?
Recuperar el palacio de justicia fue una acción que necesitaba poder, y que por lo mismo fue brusca, agresiva y dolorosa, pero no podemos ahora negar la existencia de tanques, porque ellos causan daño, deberíamos preocuparnos por la verdadera razón, los armados ilegales, los mafiosos y los bandidos siguen ganando y por eso la Gran Colombia hoy se llama para mi colombia. Por amor a la patria solicito a la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Penal que recupera la salud democrática, jurídica y social de nuestro País, destruyendo para siempre ese papel que esos ignorantes llamaron sentencia.
Invito a las víctimas, entre ellas el Coronel (r) Alfonso Plazas, a buscar la verdad, a buscar las indemnizaciones del caso y a que ese indulto que se hizo para generar la paz del país, sea completo y reconozca que no podemos culpar a los buenos por los actos de los malos y que no podemos hacer de la venganza el mecanismo para condenar a un pro-hombre de la patria y mientras los culpables y causantes gozan de perdón y olvido. Yo, le ruego una vez más coronel, podría usted volver a salvar la democracia, Maestro? Ojala en su nombre, la Corte Suprema lo haga.
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