
Es decir,
llego la era del boom religioso, llego el momento de hacer religión y no la
guerra, de dejar volar la imaginación, dejarse ayudar por una u otra idea y
formar esa conexión espiritual que solo se puedo lograr con un buen aviso de
prensa.
La religión
no está diseñada para ser racional, pero para sorpresa de algunos, en nuestra
nueva era de
desilusiones religiosas y de creencias extremas, se encuentra un
aire de cambio donde cada uno puede juntar un par de ideas y pegarlas con
saliva (o dinero en otros casos) para crea un dios en menos de una semana.
Resulta entonces, mucho más barato crear una religión que una empresa, sin licencias, y autorizando impuestos al patrimonio a los creyentes, porque no hay, a la fecha, dios alguno que permita creencia sin reclamar una retribución económica a un tercero que dice tener representación exclusiva.
Luego con un socio capitalista y un orador con una idea, tenemos el camino a la salvación empapelado en dinero y recursos que podrían pagar la resolución de los problemas emocionales de los creyentes.

Resulta entonces, mucho más barato crear una religión que una empresa, sin licencias, y autorizando impuestos al patrimonio a los creyentes, porque no hay, a la fecha, dios alguno que permita creencia sin reclamar una retribución económica a un tercero que dice tener representación exclusiva.
Luego con un socio capitalista y un orador con una idea, tenemos el camino a la salvación empapelado en dinero y recursos que podrían pagar la resolución de los problemas emocionales de los creyentes.
Las
religiones establecidas se debaten entre quien tiene la verdad revelada y como
los otros están condenados a sufrir por su error, mientras las religiones
modernas reposan sus estandartes en simplemente “créetelo y síguelo”
Mientras
algunos afirman que el mundo fue creado por un monstruo invisible, llamado el
espagueti volador, que en una borrachera decidió ser creador y por tal
alicoramiento, el universo no es perfecto, otros dejan claro que una estrella
de la tierra es la encarnación del creador y otros resumen la creación como un
acto racional perfecto.

Diego
Maradona tiene por su parte una religión que bajo su nombre y en su culto ha
sido reconocida por varios actos, entre los cuales se destaca la desaparición
de un periodista y el aislamiento de la misma al público, siendo su centro un
personaje público, eso sin contar su calendario modificado que divide la
historia en antes y después del nacimiento del ídolo (octubre 30 de 1960).
No sin
descartar como Homero, Bart, March, Lisa y hasta Maggie son centro de la
religión Simpsoniana, que viene promoviendo cómo en esta serie se representan y
revelan los grandes secretos de la vida, la existencia y la sociedad misma.
Y quien podría
menospreciar a los Googleistas, que afirman con razón que su dios google posee
el
conocimiento eterno y completo, es omnipresente, más aun, cuando como lo
afirman sus creyentes es el único dios que responde directamente a oraciones y
calcula el tiempo de respuesta a cada petición. 
La apertura
de dicha puerta, la hizo la misma religión que apoya el famosísimo Jesús,
crease o no, con un intento desesperado para llegar a las aulas estudiantiles e
incluir su material como integrante de la lista de libros y enceres para el año
escolar.
Al verse
expulsados de las aulas y del mercado academico a manos de los diabólicos científicos
y sus teorías evolucionistas, los hombres y mujeres en sotana decidieron iniciar
una ofensiva en el campo enemigo, creando la teoría del diseño inteligente, que
no es otra cosa que un creacionismo disfrazado de ciencia, sin darse cuenta,
que al abrir la puerta a crear ciencia sin fundamento, iba a pasar lo mismo en
el campo religioso.

Entonces,
mientras legisladores, científicos y académicos se revolcaban de la risa ante
la presentación de la nueva teoría sobre la creación y desarrollo del universo (el
diseño inteligente) que pretendía ser enseñada en establecimientos educativos,
hordas de religiones entraban en el campo de juego con una invitación clara, si
la religión puede hacer ciencia, cualquier miembro del reino animal puede hacer
religión.
Por mi
parte, los invito a mirar bajo las sotanas, a ver bajo las ideas, a buscar
ideas y no creencias a no
regalar el espíritu a cambio de promesas vacías, y en
contrario a unirse a la religión más simple, en la que cada uno cree en sí
mismo y en los demás, ayuda a los otros y respeta la regla de oro, la única religión
que puede portar el titulo de ciencia, la lógica y el sentido común.

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