El lenguaje
no es otra cosa que la herramienta de primera mano para compartir las ideas,
los sentimientos, para expresar que somos, y que queremos.
Lamentablemente,
seguimos usándolo y abusándolo sin pensar. Hacemos frases sin sentido,
comunicamos ideas erradas, damos significados « propios » a las
palabras, y al final de un ejercicio comunicativo, nos preguntamos, ?por
que el otro no entendió?
Las
palabras, no son otra cosa que la representación de una idea, de un concepto,
de un sentimiento, y al usarlas de forma imprecisa, estamos induciendo al error
a quien las capta, y al mismo tiempo estamos llenando de mentiras las verdades
que buscábamos transmitir.
El
lenguaje, es por definición vivo, y debe evolucionar, se llama de nuevas
palabras, e incluso algunas cambian su sentido. Pero no producto de una acción individual,
sino de un consenso social, luego cada vez que alguien dice para mi significa,
simplemente desprecia a los demás y decide que su opinión supera el consenso.
Al final, quien atribuye nuevos significados a las palabras de manera
arbitraria, no es otra cosa que un prepotente, un ignorante o un simple egoísta.
Lo
anterior, con el objeto de resaltar la necesidad de rescatar la comunicación,
de rescatar la naturaleza humana del lenguaje y usarlo para acercarnos y no
para seguir alejándonos.
Si llenamos
nuestros actos y nuestros discursos de verdades, por mas dolorosas que ellas
sean, seguramente seremos libres y definitivamente auténticos, si aceptamos nuestros deseos, nuestras ideas y
lo que pensamos, podemos transmitirlo sin engaños, de forma clara y así, pasar
la pelota al interlocutor, quien podrá, informado, decidir que hacer con la información.
El lenguaje
es un elemento de libertad, de aceptación propia y de integración, luego,
porque hacer creer a otros que pensamos cosas que no?, por que ocultar lo que
pensamos?
El lenguaje
es la primera forma de unión que tenemos en nuestros días, con el podemos
partir de extraños a las mas profundas intimidades físicas, psicológicas e
intelectuales, podemos ser libres, podemos tomar nuestras decisiones y
proyectarlas sobre aquellos que deseamos impactar con ellas.
Mas, cuando
imprecisamente decimos, vagamente informamos y equivocadamente proyectamos,
todos los proyectos, deseos y metas se transforman en caminos obscuros sin
destinatario, y la comunicación se reduce a un monologo donde cada uno toma un
turno para decir y para entender lo que le place.
Hoy quiero
invitarlos a tomar el riesgo de aceptarse, y una vez hecho transformar esa aceptación
en su presentación a los demás, hoy los invito de desnudar sus ideas, para que
con las ideas desnudas de otros se reproduzca el saber, se fertilicen los sentimientos
y se ejercite la raza.
Que bueno
es un mundo en el que nos decimos las cosas y en el cual hasta los secretos,
llegan exacto a donde deben.
Dejemos de
mentir y mentirnos, dejemos de ser políticamente correctos y seamos
abrumadoramente precisos, dejemos llevar por los demonios de nuestra alma y
cuerpo, y cuando eso pase, digámonoslo, para que al final como cada éxito, sea
un acuerdo sano, informado y divertidamente mutuo.
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