sábado, 7 de enero de 2012

La chica perfecta (PIP)

Los implantes mamarios PIP, resultaron en la exposición de una tradición que día tras día se vuelve lamentablemente más común, y que solo muestra su verdadera cara al momento de una cadena de tragedias.
Nuestra sociedad condena la naturalidad femenina y encontró en este ser complejo una respuesta increíble, ella, está en muchos casos dispuesta a exponerlo todo (salud, bien estar, estabilidad económica, incluso personalidad y carácter) por ser aceptada por otras mujeres y por cumplir con el mito de la mujer perfecta.
En el lado masculino, donde los elevados egos y respuestas inmaduras darían a pensar que la plasticidad habría tenido éxito, no paso, no fue el dandi, ni el metro sexual, en pocas palabras, el intento por hacer al hombre esclavo de su apariencia, ha existido en cada generación (algunos como en mi caso terminamos con montones de cremas, ejercicios y cambios de rutina alimentaria), pero, a diferencia de la respuesta femenina, nunca llegó a tener éxito por tres razones básicas, falta de interés, falta de sensación de obligatoriedad y carencia absoluta de beneficios sexuales.
Más y más hablo con mis amigos y amigas del tema, más llego a reforzar mi conclusión personal, las mujeres lo hacen por dos razones, por sentirse mejor que otras mujeres, y por acercarse al prototipo de mujer perfecta. Lamentablemente, ese estereotipo, cada día se aleja de más en más de los deseos masculinos.
Mientras las mujeres luchas por verse de cierta forma y comportarse cada vez más como macho de los 50s, los hombre hemos tornado nuestra atención sobre otros aspectos, como sensualidad (que lejos esta del  “slutty look”), personalidad y sobretodo “que no esté loca como todas las otras con que me he topado” (cito a más de 150 personas en esta simple frase).
Es curioso, ver como un ser inteligente, con capacidades de organización y de entrega personal tan amplia, cayó tan fácilmente en esta artimaña comercial. Chicas despierten!, los implantes, lipos, estar borrachas a muerte, verse como chica de cabaret, y comportarse como promiscuo de los 50s no las están haciendo más atractivas, sino todo lo contrario.
Existe una crisis de las relaciones de pareja, mujeres quejándose por no poder encontrar un hombre que dure, que las quiera, que las acepte y con quien construir una familia, mientras los hombres (salvo los que encontramos ese alguien y ahora estamos casados), quejándose de eso, de ver un ser humano esclavizado por su apariencia, con un comportamiento deplorable, y que en ultimas, termina siendo un refugio sexual de una noche, pero que no ofrece un aliciente estable para un pensamiento futuro.
Es simple, la Venus de Milo sigue en exposición en uno de los museos, si no el más importante del mundo, como el ejemplo de belleza femenina absoluta y como la verdadera mujer perfecta físicamente, yo, que tengo buena visión, no encuentro un solo rastro de esa idea de belleza en la armable implanto reformada y lipo esculturizada falsa fémina.
Los implantes PIP, eran de los más económicos dentro del mercado legal de producción de implantes, y contenían sustancias que generaban inflamaciones, degeneraciones del tejido y que en caso de explotar, invadían el cuerpo con un gel nocivo producto de mezclas de derivados del petróleo y otros químicos incluso, en la lista negra de productos cancerígenos, claro ahora dirán muchos, “pero no lo sabíamos”.
Yo viví en un ambiente de mujeres, solamente primas, hermana, tías y en mi familia un matriarcado enorme, esos sin contar haber tenido la suerte de hacer grandes lasos de amistad y haber conocido muchas chicas a quienes les agradezco mucho por haberme ayudado a ser quien soy, pero vi en ellas dietas con intoxicantes, consumo de productos de los cuales no se necesita ser genio para ver su grado de nocividad, implantes, liposucciones con sus recuperaciones monstruosas, dietas abominables, enfermedades terribles producto de dietas, todo por querer ganar una enferma competencia que el mercado logro inducir en su mente.
Por todo ello, hoy invito abrir los ojos,  a las chicas y la boca a los chicos, dejemos de lado esa guerra femenina por verse así, nosotros no lo disfrutamos ya, nosotros queremos una mujer real, que trate de verse bien buscando sentirme bien físicamente y verse sexy para nosotros, una chica que no sea desarmable como un lego, y sobre todo, rescatemos la conversación, la compañía el disfrute del uno en el otro, en fin revivamos las relaciones reales en lugar de seguir teniendo, obligadamente, que vivir el mundo de la barbie en una realidad dolorosa, ineficiente y peligrosa.
* Como de habitud, no reclamo derecho alguno sobre las imágenes presentadas en este u otro de mis artículos y todas son producto de búsquedas en linea bajo los temas del escrito. Perteneces a sus dueños legítimos y yo las reproduzco con fines ilustrativos.

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